
El multimillonario inversor empezó a invertir en este país hace casi tres años, y en su última concentración de feligreses en Omaha ha asegurado que continuará buscando oportunidades en la región. Las reformas impulsadas por el primer ministro japonés han devuelto atractivo a un mercado que está llamado a tener más peso en las carteras de los inversores extranjeros.
Warren Buffett (92 años), alma mater de Berkshire Hathaway, no desiste en una idea que empezó a materializar hace casi tres años. Fue en agosto de 2020 cuando el legendario inversor reveló una participación del 5% en las principales sogo shosas japonesas, que ha vuelto a incrementar recientemente hasta el 7,4%. Así es como se conoce a las grandes corporaciones de Japón, que se caracterizan por una elevada diversificación sectorial y por sus profundas raíces en la economía del país. Son compañías versátiles, que poseen muchas cosas diferentes, como Berkshire Hathaway.
Las elegidas fueron Itochu Corp, Marubeni Corp, Mitsubishi Corp, Mitsui Corp y Sumitomo Corp. El tándem formado por Buffett y Charlie Munger, de 99 años, se encargó de dejar claro el primer fin de semana de mayo, en Omaha, ante sus más de 40.000 feligreses, que sus planes con la región no han terminado. "Seguiremos buscando más oportunidades", confesó Buffett ante sus accionistas.
Durante gran parte de los últimos veinte años los inversores extranjeros han infraponderado Japón. "Actualmente, la asignación a Japón de las carteras extranjeras de renta variable se encuentra en su nivel más bajo desde 2012", desvela Sam Perry, de Pictet. Sin embargo, hay motivos para pensar que esto podría ser diferente en un futuro próximo. "A medida que cambian las prioridades de las empresas japonesas y los inversores nacionales comienzan de nuevo a dar prioridad a su propio mercado, crecen los incentivos para incrementar esas asignaciones", añade.
Hace 18 meses, el primer ministro japonés, Fumio Kishida, se comprometió a crear una "nueva forma de capitalismo". Una de sus iniciativas para impulsar el crecimiento económico fue que los japoneses inviertan en acciones de su propio país, y para ello ha introducido un nuevo sistema de exenciones fiscales. "Una gran base de accionistas nacionales debería agilizar las iniciativas para mejorar las normas de gobierno corporativo japonesas (...)", explican en Pictet. Hasta ahora, la falta de claridad de objetivos ha provocado un uso ineficiente del capital.
Desde Citi creen que "las empresas japonesas tienen más potencial de mejora que las occidentales en áreas como la optimización de la asignación de activos, la revisión de las estructuras de costes y la reestructuración de las carteras de negocio, y por tanto también tienen más potencial para aumentar el valor de la empresa".
Se espera que su economía crezca un 1% este año, según Bloomberg, más que algunos países desarrollados, y su bolsa también podría tener mejor comportamiento en el corto y largo plazo. "En comparación con el resto del mundo, el mercado de renta variable japonés, y en particular el sector de pequeña y mediana capitalización, parece cada vez más atractivo", asegura Daniel Maguire, gestor de renta variable de Wellington Management. "Las valoraciones están en mínimos de la década en relación con otros mercados desarrollados y el viento de cola de las divisas está ayudando a sostener el sector exportador". A más largo plazo, en Pictet esperan que "la renta variable japonesa genere una rentabilidad anual superior al 10% en los próximos cinco años, superando la de la renta variable estadounidense y casi igualando las rentabilidades de la renta variable emergente en dólares, aunque con una volatilidad mucho menor. Las rentabilidades podrían ser aún mayores si las reformas surten el efecto deseado".
Cómo poner un pie en Japón
Puede que la inversión directa en acciones no sea la opción más sencilla para el inversor que desee seguir los pasos de Buffett y las recomendaciones de los bancos de inversión. Primero porque debe elegir un título concreto y segundo por el riesgo divisa. Otra opción es mediante fondos, que ofrecen carteras diversificadas, y se pueden elegir aquellos que cubran la moneda.
Según datos de Morningstar, existen 110 fondos que invierten en la bolsa japonesa, en euros, disponibles a la venta en España. Pero es posible afinar aún más el tiro, y centrarse en aquellos en los que una parte significativa de su cartera está formada por acciones de estilo valor. La lista se reduce a 18 vehículos en los que al menos un 30% de sus inversiones está en cotizadas value. Entre los que reciben rating Morningstar y están disponibles para el inversor particular, destacan, por ejemplo, nombres como el de Japan Deep Value Fund, que se revaloriza un 16% este año y ofrece una rentabilidad anualizada del 9,5% en los últimos tres. Fidelity Japan Value Y-Acc-EUR y Man GLG Jpn CoreAlpha Eq D G Q EUR Dis también avanzan más de un 6% en 2023, y están avalados por su trayectoria en años previos (ver gráfico).
Según este mismo proveedor de datos, los fondos que invierten en renta variable japonesa denominados en euros ganan de media casi un 7% desde que empezó el año. Y a medio y largo plazo también han obtenido rentabilidades positivas. A cinco años, la rentabilidad anualizada ha sido del 1,99%, y a diez años, del 5,3%.